Cualquier profesional que quiera diferenciarse, destacar y tener una marca personal sólida y potente, debe cuidar su forma de hablar a los demás, tanto en conversaciones de tú a tú, como en presentaciones, reuniones o discursos dirigidos a una gran audiencia.
¿Eres buen orador?
Ser un comunicador excelente te traerá grandes beneficios. Transmitirás seguridad y por tanto tendrás la autoestima más alta. Con ello conseguirás estar más motivado y serás más productivo. Al expresar mejor tus ideas, tendrás mayor capacidad de liderazgo para alcanzar tus objetivos.
La fuerza de la oratoria en el directivo y en el empleado
Como ya sabes, tan importante es ser bueno en lo tuyo, es decir, ser buen profesional, como parecerlo. Entonces, hablar bien en público te va a ayudar a parecerlo y es que la comunicación en público es una herramienta de marca personal ganadora.
Cuando hablamos de oratoria, no solo nos referimos a hablar bien, oratoria también es persuadir, y cómo conseguimos comunicar de forma convincente, clara y eficaz, tanto si somos directivos, como si somos empleados.
Si la oratoria no es lo tuyo, presta atención a las claves que te doy en este artículo, porque te garantizo que, si practicas, vas a conseguir mejorar notablemente. ¡Comenzamos!
Plan de acción y claves para hablar en público con soltura
1. PREPARACIÓN.
Cada vez que tengas que transmitir un mensaje importante, ya sea en una reunión, en una charla, en una ponencia o a través de videoconferencia a tus compañeros, a tus jefes, a tus clientes, ¡prepáratelo! no improvises. Prepáratelo porque esa es la clave del éxito del buen comunicador.
¿Y en qué consiste prepararte esa ponencia o esa intervención?
Consiste lo primero de todo en pensar a quién te diriges, quién va a ser tu público en ese momento. Cuáles son sus necesidades y qué beneficios se van a llevar. Y en segundo lugar, tienes que pensar también cuál es tu objetivo con esa comunicación, qué pretendes conseguir, y en función de eso, decide qué tres mensajes vas a transmitir y de esos, cuál es el más relevante.
Te aseguro que, si haces esto antes de cualquier intervención en una reunión, en una ponencia, etc, las posibilidades de acertar son muchísimo mayores.
2. SONRÍE.
Te invito a sonreír, porque cuando tu sonríes, la persona que tienes enfrente también sonríe de forma automática, es un acto reflejo.
3. ARRIESGA.
Si quieres llegar de verdad a los demás con tus mensajes tienes que arriesgarte, tienes que atreverte a hacer cosas diferentes, porque solo haciendo cosas diferentes consigues resultados diferentes.
4. RESPIRA.
¡Qué importante es respirar!
Cuando comuniques en público practica la respiración diafragmática, llévate el aire al abdomen y reparte bien el aire a lo largo de tu intervención, además te sugiero que, si tus presentaciones van a ser muy largas, hagas una pequeña pausa cada 5 minutos para poder respirar y también para recuperar el oxígeno.
5. ENFATIZA. EL RITMO ES CRUCIAL.
Es importante que tus comunicaciones en público no sean lineales, es fundamental que tengan un buen ritmo. ¿A qué me refiero con un buen ritmo? A que juegues con los volúmenes y de vez en cuando hables más alto y también hables más bajito. Además, te interesa hablar más despacio, cuando quieras destacar algo, o repetir palabras clave cuando quieras llamar la atención. Y por supuesto utiliza los silencios, si haces un silencio justo antes de contar una idea importante, fomentarás la expectación ¡haz la prueba! Y si haces el silencio justo después de contar un mensaje importante, lo que ocurre es que dejas que esa idea se asiente, e invitas a la reflexión.
Ten cuidado de no acelerarte demasiado al hablar, transmitirías muchos nervios. Siempre es mejor comunicar despacio que rápido.
6. APORTA VALOR.
Es prioritario que tus mensajes en público, esos que haces en reuniones, en presentaciones, aporten a los demás. Piensa siempre que debes transmitir mensajes interesantes, relevantes y útiles para la persona que te escucha. Piensa en aportar, en ayudar, en mejorar, aunque sea un poquito, la vida de la persona que está recibiendo ese mensaje.
7. CUIDA TU COMUNICACIÓN INTERNA.
Para ser un buen comunicador de puertas para fuera, tienes que ser previamente un buen comunicador de puertas para dentro. Háblate bien, con cariño, con mimo, con respeto. Tienes que tener un diálogo interno limpio, ecológico, positivo y constructivo contigo mismo.
8. EGO FUERA. DI ADIÓS AL EGO. TÚ NO ERES LO IMPORTANTE.
Cuando estás comunicando tu no eres lo importante, lo importante es el mensaje y el receptor, por lo tanto, pon el foco en eso, en el mensaje, y en que ese mensaje llegue de verdad, di “adiós” al ego y “hola” a la humildad.
9. CONTACTO VISUAL.
Siempre que hables a otras personas, tienes que mirarlas a los ojos y si estás haciendo una ponencia delante de un gran auditorio también, no mires al tendido, hacia la nada, mira a los ojos, eso es muy conveniente.
10. TONO MEDIO Y DIÁLOGO.
Lo ideal es utilizar un tono medio, energético y proyectando la voz. Así mismo, haz que tus comunicaciones no sean un monólogo, que sean un diálogo. ¿Esto cómo se consigue? Tu tienes que hacer que el público o que la gente que te está escuchando participe, intervenga y esté activo, ¿cómo lo puedes hacer? Les puedes plantear preguntas, que repitan frases o que repitan palabras y que hagan ejercicios.
11. PRINCIPIO Y FIN.
Tienes que cuidar muchísimo el principio y el final de todas tus presentaciones en público, son las partes más importantes. Cúrratelas, prepáratelas bien. Al principio lo que tienes que conseguir es dejar a la gente con ganas de más. Ponerles la miel en los labios y al final tu objetivo tiene que ser que la gente se vaya con buen sabor de boca.
12. LAS MANOS. EL LENGUAJE CORPORAL.
Utiliza las manos para comunicar, las manos comunican muchísimo. Utilízalas para acompañar y remarcar siempre tus mensajes. A ser posible que las manos estén libres. Y muestra la palma de las manos, porque indican transparencia, sinceridad. No las escondas, tampoco cruces las manos, ni te las metas dentro de los bolsillos.
13. TRANSMITE LO IMPORTANTE CON PASIÓN. QUE TU COMUNICACIÓN SEA EFICAZ.
Transmite lo importante y deja el resto. Céntrate en lo esencial y cuenta tu mensaje principal desde el principio y repítelo varias veces a lo largo de tu discurso para que la gente se quede con él.
Tienes que ir al grano, tienes que ir a lo concreto y de esa forma resultarás mucho más contundente. ¿Quieres un truco para no irte por las ramas? Hazte un esquema, un mapa mental con las ideas exactas de lo que quieres contar. Si en algún momento te estás enrollando demasiado echas un ojo al esquema y acotas rápidamente.
Habla con pasión y con convicción. Si tu no te crees lo que estás diciendo, ni lo defiendes con energía, difícilmente vas a convencer a los demás.
14. POSITIVO, NATURAL Y SENCILLO.
Utiliza el lenguaje positivo. Las palabras positivas conectan más con las personas y persuaden el subconsciente de la gente que te está escuchando. Sé positivo.
Tienes que ser tú mismo, natural, auténtico y sobre todo hablar con las tripas, de corazón a corazón. No intentes imitar a nadie, porque cuando imitas a alguien estás poniendo una barrera entre los demás y tú.
Habla de forma sencilla, simple. Cuanto más simple, mejor. No utilices tecnicismos, no emplees palabras raras, que cualquiera te pueda entender.
15. SÉ PUNTUAL Y SÉ AGRADECIDO.
Cada vez que tengas que intervenir en una reunión o que hacer alguna comunicación en tu entorno laboral, sé puntual, empieza a la hora y acaba a la hora prevista, porque de esa forma transmitirás profesionalidad y te ganarás el respeto de tu audiencia.
Por último, recuerda que la verdadera comunicación no empieza hablando, sino escuchando.
Y hasta aquí las 15 claves para ser un gran orador. Recuerda que el secreto del tipo de comunicación que triunfa hoy para llegar a los demás, es que reúna estas características: Cercana, auténtica, valiosa, empática y emotiva, ¡si entran en juego las emociones tienes muchas más posibilidades de llegar a los demás!
¿Te ha gustado este post? Quizá también te interese cómo hacer videoconferencias profesionales o cómo crear un espacio de oficina ergonómico en casa. ¡El aprendizaje continuo nos hace grandes!
R.M.L